Vacaciones en el paraíso

Maletas, billetes, aviones, el bañador, los flotadores, no te olvides las cremas anti-quemaduras, lleva una gorra por si hay mucho sol, coge una chaqueta para cuando refresque, ¿y si llueve, qué hacemos?
Todos los preparativos son pocos para unas buenas vacaciones, pero yo diría más, todos los preparativos sobran cuando las vacaciones son en el paraíso.
¿ Dónde está el paraíso?



Bueno pues la verdad es que yo tengo un trocito de paraíso allá a donde voy, mi paraíso es un lugar increíble lleno de personajes para todos los gustos, cada día puedes conocer a alguien nuevo.
Las aventuras en mi paraíso son una constante sorpresa, cada día descubres sitios en los que no habías estado antes.
Lo bueno de mi paraíso es que además hay espacio y tiempo para la cultura, puedes aprender palabras nuevas casi a diario, palabras que terminas incorporando al “Diccionario práctico de andar por casa”, un diccionario que se va completando con retales de ayer y hoy.
Mi pequeño paraíso tiene billete de ida solamente, porque si vienes ya no quieres volver.
Mi paraíso está todavía en construcción, lo que conlleva a tener pequeños accidentes ocasionales con las piezas de la obra.
En mi paraíso viven dos seres, ¿como diría yo?… se me ocurre definirlos como “seres pequeñitos”. Ambos se parecen bastante aunque hablan idiomas distintos, se llevan bien en la mayoría de las ocasiones pero hay ratitos en los que llevan una nube gris en la cabeza. Una nube pequeña, como de algodón de azúcar pero de color oscuro, en la que a veces hay rayos y truenos y otras veces llueve un poco.
En mi paraíso siempre hace sol y cantan los pájaros, las nubes se levantan, todo ello, siempre y cuando no ruja el volcán. El volcán duerme plácidamente pero a esos seres pequeñitos les encanta despertarlo muy de vez en cuando, es una actividad para la que se ponen demasiadas veces de acuerdo.
En mi paraíso vive otro ser extraño, es mucho más grande que esos seres pequeñitos y más viejo que ellos. Yo diría que es el chamán del lugar. Cura a los que se ponen malitos, es capaz de adivinar lo que te pasa mirando las estrellas que nos protegen desde el firmamento.
En mi paraíso se puede detener el tiempo con risas y canciones, bailando se aprende a leer, comiendo se aprende a restar, y haciendo el pino con las orejas se aprende a pintar.

 ¿Todavía no sabes dónde está mi paraíso?

Mi paraíso no se encuentra en los mapas de ninguna guía de turismo, mi paraíso no se anuncia en internet, mi paraíso está… con mis seres pequeñitos.
Cuando llueve ellos hacen salir el sol sólo para mí, cuando hace frío ellos me abrigan con su sonrisa, cuando el viento no me deja caminar ellos me dan la mano.
A su lado mis vacaciones son eternas, a su lado yo vivo en el paraíso.
















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