Con C de crisis

El I.V.A. se escribe con C , la mentira se escribe con C , los despidos se escriben con C , la luz, el agua, la deuda, el hambre, la miseria, el cáncer, la desigualdad, el paro, los ajustes presupuestarios.Todo se escribe hoy con C . Señoras y Señores  de la Real Academia de la Lengua Española, ruego humildemente que hagan acopio de los nuevos vocablos que requieren un cambio ortográfico en nuestra lengua materna, ya  todo hoy en día se escribe con C , pero con "C" DE CRISIS.

¿En qué momento hubo un recorte presupuestario en Educación a la tierna edad a la que ustedes, políticos vocacionales, iban a la escuela, para que se perdieran un par de lecciones de civismo, cordura política y honestidad social?.

Hay dos maneras de representar la miseria sobre las tablas de un escenario, la primera y la que a todos se nos ocurre es la imagen de la pobreza más absoluta,representada por un mendigo ataviado con hediondos harapos o unos niños desnutridos hasta tal punto que sus huesos son más gruesos que su propia piel. La segunda forma es la que se está acuñando en el país del descrédito: la imagen de alguien con poder, capacidad y deber moral oprimiendo a un pueblo derrotado y sin fuerzas, un pueblo decepcionado, aturdido y que no es capaz de entender y aceptar que todavía puede sangrar más.

¿Qué más tenemos que asumir nosotros para que ustedes entiendan que hace mucho tiempo que han sobrepasado los límites de lo lícito?

En contra de lo que todos los analistas refieren , creo honestamente, que este país esta creciendo constantemente, día tras día, pero en todo aquello en lo que nada ni nadie debería ,alguna vez, crecer.

Estamos creciendo en paro,  sufrimiento, estrés,  mentiras,  dolor,  pobreza,  desesperación,  injusticias sociales legalmente legítimas,  miedo,  abusos asumidos en silencio cómplice, todo ello producto y efecto secundario de la inquina indolente.

El ciudadano de a pie ha perdido la soberanía que un día le dijeron que tenía y que sacaba a pasear un domingo cada cuatro años en  forma de papeleta dentro de una urna. El ciudadano de a pie está cansado, siente sobre su piel ; con el frío de cada mañana en la que se levanta a buscar trabajo; el miedo de no saber cuando no podrá seguir pagando la comida de sus hijos, o cuándo le echarán de su hogar, una casa que sigue pagando , innegociablemente, aunque no le quede nada para comer.

Aquellos ciudadanos que mantenemos a duras penas el puesto de trabajo, vemos como nos nombran impunemente los culpables de que el país esté hecho unos zorros. Nos acusan indirectamente  , haciéndonos pagar por ello con dinero, sangre, sudor y lágrimas el pecado capital cometido. Que más que pecado capital yo diría  que es una cuestión de capital a secas, o lo que es lo mismo: donde había capital; ya no lo hay. ¿Pero cómo puede ser eso?,¿ y hemos sido los trabajadores públicos los que nos lo hemos comido en las nóminas mensuales fielmente fiscalizadas de donde a ningún agente tributario se le escapa ni un mísero céntimo de nuestro salario o interés bancario generado?

Yo diría más bien que es de capital importancia recuperar lo que parece, a priori y para disgusto de "optimistas y felices de la vida", casi imposible de recuperar en este país. No me refiero a lo obvio , que es rescatar la Sanidad y la Educación, ni tan siquiera me refiero al capital económico que tanta falta nos hace. A lo que me refiero es a otra clase de carencias que hace tiempo tenemos y que la situación presente  tan alarmantemente nos ha destapado dejándonos en evidencia a propios y extraños: Yo hablo de VALORES.

Ni valores del Estado, ni valores bursátiles ni tan siquiera inmobiliarios. Son  los valores morales aquellos de los que yo hablo. Se trata de la lógica y el sentido común, se trata de las ganas de hacer las cosas bien y no con acritud.  Que " estar en crisis" económica no sea la escusa permanente a la que nos acostumbremos para estar en "crisis moral" eternamente.

El cinismo y la dejadez  son viciosas y una vez acostumbrados a ponerlas en práctica por doquier  son  más difíciles de abandonar que el hábito tabáquico. 

Es de entender que yo, al no tener un asesor de confianza y libre asignación en casa que me asesore, no conozco la situación concreta de otros colectivos profesionales y de oficios que no sea el mío, pero señores del mío sí puedo hablar y además con conocimiento de causa. NO SE PUEDE MÁS.

No sé cuál es el concepto concreto que todavía no se entiende, pero  NO SE PUEDE MÁS.

No se puede hacer más por menos. La salud y la vida de los pacientes están en nuestras manos, un error nuestro puede tener consecuencias fatídicas, para las cuáles TODO  el mundo se lavará las manos y nos dejarán con el final de la espalda en pompa para tener donde guardarnos la inhabilitación por haber desempeñado mal nuestro trabajo o habernos extralimitado en nuestras funciones legalmente reconocidas.

La salud pública de calidad, para todos, en las condiciones idóneas que todos los usuarios se merecen y por la que todos pagamos se ha ido diluyendo en estos últimos años y los responsables  somos los que formamos parte de ella, unos;  responsables por no hacer lo que debían y otros; responsables por no escuchar lo que debían hacer. 

Que la crisis sirva de enseñanza positiva para no repetir lo que no se debe hacer y para enmendar errores garrafales. Todavía estamos a tiempo de hacer las cosas bien. ¿INTERESA?