Manuel tiene E.P.O.C.

Manuel se sienta todas las mañanas en la silla del balcón, su espacio reservado para el vicio diario. No lo puede evitar, su necesidad es inconsolable. No hacerlo le perturba, le trastorna. Es esa mezcla extraña entre la libertad, sensación de confort y de que todo irá bien. De lo que no se da cuenta Manuel es de que esa libertad es la fuente de su esclavitud  paradojas de la vida, salir al balcón es casi la mayor actividad que puede realizar sin cansarse demasiado.
Manuel apura su salida, sabe que su mujer está cerca y no quiere que le encuentre, hoy no tiene ganas de broncas, ¡otro día más!
-" ¡Ya estás en el balcón!;¡ siempre igual Manolo, te vas a matar, te estás matando ya!" Todas las mañanas el mismo ritual; piensa Manuel, allí sentado en su silla del balcón, atado a su cigarrillo mañanero.
Belén se preocupa por él, se ha preocupado toda su vida, ha cuidado de su amor desde que se conocieron. Le plancha las camisas, le cose los rotos del bolsillo, le pone la comida sobre la mesa cada día que llega del trabajo, cansado de trabajar 13 horas seguidas... es su gran amor y sufre en silencio su decadencia. Manuel ya no es el mismo que hace varios años atrás.
Tiene 60 años y una perspectiva de vida muy complicada. Los años que atravesamos son duros, el paro asola el barrio, la ciudad, la región y el país.Una mañana de invierno, de camino a la obra donde trabajaba de sol a sol, le dijo el capataz de la construcción que ya no eran necesarios sus servicios, que cobrase el finiquito y se diese media vuelta. De eso ya ha pasado 5 años, tiempo suficiente para pasar por todos los estados emocionales imaginables: desde la ira, la indignación , la preocupación, la rabia, y el derrotismo.
Horas haciendo colas interminables a las puertas del INEM, viendo pasar delante de él cientos de jóvenes desesperados por la falta de salidas laborales  y el futuro incierto que les aguarda. Jóvenes aunque sobradamente preparados ya no es una condición académica  importante en el currículum de nadie en este país.
Horas, días , semanas , años  y todo sigue igual. Manuel es un español errante por las calles de su barrio, el que vio crecer y que ahora ve como se desmorona. Tardes perdidas con los amigos en el bar, amigos y antiguos compañeros de trabajo que ahora están en la misma situación que él, todos desesperados porque el trabajo no aparece, el subsidio se agota y las facturas no paran de crecer.
El alcohol y el tabaco han sido grandes compañeros de las grises tardes de los últimos años; y eso Belén lo sabe; lo sabe y le desespera, ve como el amor de su vida se deja consumir como una vela a la que todavía le queda mucha luz que dar.
Hoy  Manuel tendrá que hacer un esfuerzo especial. Hoy debe acudir a su Centro de Salud. Don Genaro, su médico está preocupado por él, quiere ayudarle a abandonar sus malos hábitos, a que recupere la salud y la confianza.
E.P.O.C. es el acrónimo que inaugura la lista de antecedentes personales del historial clínico de Manuel. Tabaquismo, hiperdislipemia, H.T.A., y cirrosis hepática son otros que completan su retrato de salud.
Manuel, cansado es capaz de llegar hasta la puerta del centro. Vive a un par de manzanas de allí pero él tarda en llegar el doble de tiempo que una persona sana. No tiene suficientes ingresos para pagar un taxi que le acerque, lo reserva para sus viajes a las urgencias del hospital.
De la mano de su mujer Belén atraviesa el umbral visiblemente afectado por el frío de la mañana y la caminata que se ha dado hoy.
Don Genaro, que le ve llegar le hace un gesto amigable para que pase a su consulta. Allí le aguardan él y su inseparable compañera de fatigas, Ana.
Han programado la consulta para Manuel porque tienen algo importante que explicarle y deben hacerlo juntos, cada uno en el ámbito que le corresponde.
-...¡Ha,ha,ha!... Buenos...días... Don Genaro. Disculpe...hahaha. la fatiga... pero ya sabe lo que me cuesta...hahaha... llegar caminando.-Dice Manuel
-No se preocupe. le estábamos esperando y nos alegra que hayas podido venir.- Le responde el médico.- Tomad asiento. Hoy vamos a hablaros de algo importante y no quiero perder más tiempo.
Manuel, tu estado de salud se ha visto debilitado desde hace años. Creo, y me vas a perdonar si me equivoco, que coincide el inicio de tu deterioro con la fecha de tu despido. Desde que ya no trabajas tu estado de salud está mucho más resentido. Fumas más, bebes más, comes peor... Manuel, tú ya sabes que hace un tiempo te diagnostiqué E.P.O.C.; pues bien has empeorado considerablemente tu estado, y en gran medida la culpa la tiene tu dependencia al tabaco.
-Pero si ya no fumo...
-¡Manuel!- le replica su mujer con expresión medio enfadada medio resignada. Que a mí no me engañas, fumas todas las mañanas en el balcón y cuando no estoy en casa aprovechas también.
-Bueno, bueno,  lo he dejado... pero a veces , no sé qué es, es como un gusanito que me ataca en el estómago, una sensación de nerviosismo que se me calma enseguida con un par de caladas al cigarro, no sé como explicarlo.
- Está bien Manuel, no estás aquí para que te echemos la bronca, estás aquí porque queremos ayudarte.
Por favor , desabróchate la camisa que quiero auscultarte.

Don Genaro se coloca el fonendoscopio para auscultar los pulmones de Manuel
- Inspira, coge aire por la boca y llena los pulmones todo lo que puedas y espira cuando te lo pida,       ¿ de acuerdo?
Quiero que sepas que tu consumo de alcohol ha agravado tu enfermedad. Hasta ahora la teníamos más o menos controlada pero tus analíticas, tus pruebas radiológicas y tu auscultación  están peor. Ya no presentas tos solamente en el invierno sino en cualquier momento del año, tus esputos son  mucopurulentos y estás visiblemente cansado y asfixiado. Presentas un enfisema.Vamos a cambiar los aerosoles, y tendrás oxígeno en casa y para salir a la calle que te ayudará a llevar una vida más normal.



- Pero yo no puedo pagar todo eso, Don Genaro, hace años que estoy en el paro y ya no tengo derecho ni a la sanidad...- Explica abatido Manuel
- Tú por eso no te preocupes, si tienes algún familiar con trabajo pídele que te acoja en su tarjeta sanitaria, ya vamos viendo cómo lo solucionamos... pero yo me voy a encargar de que sigas recibiendo tu medicación sin coste alguno.- Le explica Don Genaro

A Belén y a Manuel se les llenan los ojos de lágrimas. Llevan toda la vida en la consulta de Don Genaro, desde que él llegó al barrio con su título recién sacado, el licenciado le llamaban. Son muchos años los que han pasado y  mucha gente a la que ha visto Don Genaro. Ya le quedan pocos años para jubilarse y la gente del barrio no quiere perderle, le quieren, le confían su vida, ellos y todos en el barrio.
- Supongo que de lo que os he dicho os habréis enterado tan solo de la mitad, para ayudaros con la medicación y con el oxígeno tengo aquí a Ana , ya la conocéis, o deberíais hacerlo, es mi compañera enfermera, ella os pondrá al día de todo y os explicará el manejo de la medicación.
- Buenos días, creo que conozco mucho mejor a Belén que a Manuel, ella sí me visita con más asiduidad ¿ verdad?- le hace un guiño cómplice a la mujer. Prefiero que vayamos a mi consulta que allí lo tengo todo preparado para vosotros. Os voy a enseñar el manejo de los nuevos aerosoles y del oxígeno.
 Los tres se despiden del Don Genaro y van a la consulta de Ana, a partir de ahora Manuel va a tener que venir a verla con más asiduidad también. Ella le formará y le ayudará en este duro camino.

CONTINUARÁ...




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