Aclara tu mente, limpia tus manos #HigieneManos5M

5 de mayo de 2015

Si Ignác Semmelweis levantara la cabeza... Este médico húngaro de origen alemán, que ejerció en el siglo XIX, comienzo de la medicina moderna, fue uno de los abanderados de la  imperiosa necesidad de higiene en el ambiente sanitario.
Corría la mitad del siglo XIX cuando Semmelweis empezó a trabajar en una Maternidad en Viena donde había dos salas para atender a los partos. La tasa de mortalidad era elevadísima, hecho que le alarmó lo suficiente para empezar a investigar el origen de tanta mortandad en medio de tanto nacimiento. Aunque las tasas de mortalidad eran elevadas en las dos salas existía una diferencia notable entre ambas. Tardó poco en darse cuenta que mientras que en una sala trabajaban estudiantes de medicina que atendían a las parturientas después de  terminar sus  exámenes de cadáveres en la sala de anatomía, en la otra trabajaban principalmente matronas. En aquella en la que estaban los residentes la tasa de mortalidad era más elevada que en la sala de las matronas y la tasa de mortalidad de ésta última se incrementaba cuando los residentes pasaban a auxiliar en los partos. Se dio cuenta, pues, que aquellos residentes debían llevar "alguna sustancia putrefacta" que producía tanta devastación.
He aquí un fragmento de una carta que Semmelweis le escribió a un amigo:

«No puedo dormir ya. El desesperante sonido de la campanilla que precede al sacerdote portador del viático, ha penetrado para siempre en la paz de mi alma. Todos los horrores, de los que diariamente soy impotente testigo, me hacen la vida imposible. No puedo permanecer en la situación actual, donde todo es oscuro, donde lo único categórico es el número de muertos».


Cuando se atrevió a colocar un lavabo a la entrada de la sala de partos y obligó a los estudiantes a lavarse las manos fue fulminantemente despedido. ¿Qué se había creído, no?
Al poco tiempo muere un profesor de anatomía víctima de unos síntomas muy parecidos a las fiebres puerperales, y es que se había hecho una herida durante la disección de uno de los cadáveres. Semmelweis tenía claro que no podía tratarse de ninguna coincidencia.
Tras años de lucha infernal contra aquellos que no querían ni ver ni oir habla a eate médico al cual sus colegas le tachaban poco menos que de charlatán, muere , con 47 años , víctima de una "fiebre puerperal" que se auto-indujo tras herirse con el mismo bisturí con el que había diseccionado un cadáver, para demostrar la veracidad de sus observaciones y teorías. Pero dejó tras de sí sus teorías reflejadas en un libro: "De la etiología, el concepto y la profilaxis de la fiebre puerperal"


Esta época de la historia fue prolífica en descubrimientos y en teorías acerca de la importancia de la higiene en la atención a los enfermos, de hecho, nuestra "madre enfermera"; en su libro Notas sobre Enfermería deja leer en su prefacio:

"Cada día tiene mayor importancia el conocimiento de la higiene, el conocimiento de la enfermería, en otras palabras, el arte de mantenerse en estado de salud, previniendo la enfermedad, o recuperándose de ella. Se le reconoce como el conocimiento que todo el mundo debe tener -distinto del conocimiento médico, propio solamente de una profesión"


Todo ello en un contexto médico-histórico en el que se daba inicio a las teorías de la existencia de gérmenes y de la transmisión de enfermedades causadas por éstos. Una época en las que este nuevo enfoque no era aceptado por una gran mayoría de médicos de la época.

Pues bien, después de este repaso al inicio de una teoría que nos llevaría a una práctica higiénica ; tenemos que afirmar que la adherencia a la higiene de manos es de un 40% a nivel mundial ¿Por qué no nos entra en la cabeza?, ¿Ahora se entiende cuando se afirma que la higiene de manos salva vidas? El literal...


Aclara tu mente; limpia tus manos





Fuente de las fotos: Google. Las he tomado prestadas y las he editado sólo para la campaña de la higiene de manos 2015

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